23 noviembre, 2005

El Estatuto del romero

Los socialistas catalanes, seguramente porque son los que más se juegan en la aprobación de un nuevo Estatuto, se han lanzado a explicar el proyecto que salió del Parlamento de Cataluña por todos los medios posibles, y muy especialmente allí dónde está ahora el escollo más importante del proceso: en Madrid.


Primero fue La caja roja”, no de Nestlé sino del PSC, que hicieron llegar a todos los diputados españoles, y supongo que a otra gente. Después, el desembarco continuado en tribunas, “foros” y medios de comunicación de la capital. Manuela de Madre tiene un protagonismo activo en esta etapa. Tras ser la cara y la voz de los socialistas en la presentación en Congreso de los Diputados, ahora hace “bolos” que ponen al límite su frágil salud.

Esta semana he estado presente en dos de ellos. Primero fue el martes en un almuerzo en el Ritz en Nueva Economía Forum”, lugar por el que continuamente pasan personajes de la política para, desayunando o almorzando, o merendando, exponer lo que tienen que decir y después someterse a las preguntas de los asistentes, generalmente periodistas de los medios “capitalinos” y otros asistentes, del mundo de la economía o de la política.

La segunda fue el miércoles al final de la tarde (justo después de acabar de votar el Presupuesto ’06 en el Congreso), en la sala d’actos de Blanquerna, el centro cultural de la Delegación del Gobierno de Cataluña en Madrid, ahora estratégicamente situado en la calle de Alcalá justo enfrente del Círculo de Bellas Artes, lugar “progre” por antonomasia de Madrid. Bien arropada por Miquel Iceta (que lo hizo muy bien), y por el catedrático Javier Pérez Royo (que nos dio una lección magistral), y bajo la presidencia senatorial de Isidre Molas (por cargo, edad y cabellos blancos), Manuela habló del “Estatuto del romero”. La excusa del acto era la presentación de un libro que ha editado la Fundación Rafael Campalans sobre el Estatuto. El punto de libro que se repartió lo explica todo: el título del libro, “Una propuesta para el acuerdo”; la imagen de una hebra de romero presentada en las cuatro lenguas que hay España; y las virtudes de la hierba, medicinal, para condimentar, buena por la memoria, trae suerte, promueve el amor y la amistad, perfuma y relaja el ambiente... ¡Vaya! todo lo que necesitamos en estos momentos.

Son buenas todas las iniciativas, ya que hace falta hacer mucho esfuerzo para remar contracorriente. El ambiente no es receptivo. Lo que se ha vendido hasta ahora, el proceso de elaboración, las fílias y las fobias intuidas o explicitadas, las declaraciones y manifestaciones de los unos y los otros, el propio texto, la falta de acompañamiento que me sorprende que no se hubiera descontado, no hace fácil el debate y la búsqueda del necesario pacto que sea aceptable para las dos partes.
Como que de “romero” viene “romería”, y vuelve de “romería”, “romero”: “Buena vía, romeros”

Mataró, 19 de noviembre.

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