18 agosto, 2008

A la gente del PSOE.



¿Lo habéis entendido? ¿De verdad? No quiero pensar que no queráis entenderlo. ¿Volvemos a repasar el resultado de las generales del marzo pasado?



(Reparto de los escaños en el Congreso de los Diputados)

Dos territorios “particulares”, Cataluña y el País Vasco, bien, particulares desde “Madrid”. En todas partes de la piel de toro, excepto en éstas dos, no hay ningún debate sobre España. España es, y punto. Como en toda buena concepción nacionalista. Pero en Cataluña y en el País Vasco se enfrentan tres concepciones de España: La que es (minoritaria), la que no es (poco minoritaria, pero vergonzante) y la que piensa y quiere una España diferente ( Y ésta es la que gana).

Dejemos a los vascos/as que hablen por ellos. Los ciudadanos/as de Cataluña, los catalanes, ¡qué carajo!, del origen que sea, manifiestan mayoritariamente que quieren ser españoles bilingües, que quieren ser españoles que se autogobiernan, que quieren ser españoles plurales.

Probablemente estos conceptos a los ciudadanos del resto de España los son ajenos. ¿Por qué –piensan- deben calificar su gentilicio? Lo entiendo. Ellos no tienen nuestro mismo grueso de historia. No es que su historia sea más delgada que nuestra, sino que la tienen diferente (quizás, incluso, mucho más gruesa, sólo hace falta mirar cualquier libro de la materia).

Lo primero que deben hacer, pues, los socialistas del resto de España es entender con quien deben pactar: Con nosotros, los socialistas catalanes, que somos de los suyos ideológicamente pese a ser diferentes culturalmente. Nosotros queremos mantener nuestra lengua, nosotros queremos profundizar nuestro autogobierno, nosotros queremos continuar siendo la fábrica de España (en agroalimentaria, en exportación de bienes industriales, en turismo, en los servicios,...).

¿Lo entendéis? ¿Lo entendéis bien? Entonces, ¡Un euro de más para Cataluña no es un euro de menos por nadie! ¡Es un euro de más para España! Los votos recogidos por los socialistas catalanes no son para la vieja España. Son para una nueva España, depositados en usufructo en una esperanza que no hay que decepcionar y muchos menos despreciar. ¿Nos diréis que no tenemos sitio en la España del futuro?

Hace falta que lo entendáis y lo expliquéis a vuestros conciudadanos/as. Si queréis os podemos ayudar a hacerlo. En Salamanca, o en Sevilla. En Canarias y en A Coruña. Pensad que si gana la España de siempre, si no avanzamos y construimos juntos la España plural, no mandaréis vosotros. Mandará la derecha de siempre. Como siempre. De ella son los reyes.


Por cierto, no me arrepiento de no haber votado al Presidente del Congreso de los Diputados. Creo que legal y realmente es a la inversa de lo que él dice hoy.

Mataró, 14 de agosto.

09 agosto, 2008

Castilla.

¡Vamos, que esto ya se termina! La última etapa de las Jornadas. Salimos de Santa Maria la Real de Nieva y enfilamos carreteras rectas en la llanura castellana hacia el telón de fondo de la sierra de Guadarrama. Un hilo gris en medio del amarillo de los campos. Pocos árboles. Calor.

Los “empujadores”, hoy no hay que calificarles de ángeles, nos hacen ir a buen ritmo, incluso nos apresuran en el llano para mantener unido al pelotón.

El avituallamiento se hace en Martín Miguel (vaya nombre para un pueblo, pero parece que es por el que lo repobló debe de hacer ochocientos o novecientos años). Han restaurado la iglesia y nos la enseñan orgullosos. Tienen un retablo, el mayor, churrigueresco, y en un lateral otro anónimo del siglo XVI trasladado de una ermita ya desaparecida, los dos también recientemente restaurados. En los últimos años con los tesoros que hay en las iglesias castellanas se han montado las exposiciones de “Las edades del hombre” que han recorrido con gran éxito toda la geografía castellana. La pregunta que me hago siempre que me detengo en pueblos como éste es cual será su futuro dentro de poco tiempo cuando la gente mayor que ahora todavía los habita haya desaparecido. Los que estén cerca de una capital aún, pero los otros ya veremos qué final les espera.



De repente, marchando a buen ritmo, levanto la cabeza y se me presenta la silueta de Segovia con los inconfundibles Alcázar y Catedral recortados contra el cielo. Paramos a la entrada para afrontar los últimos metros de la carrera. En cuesta arriba y con adoquines, el terrible pavés de la París-Roubaix de los titánicos corredores ciclistas. Los primeros mil metros son fuertes, pero poco a poco se hacen. Molesta más la irregularidad del pavimento. Los últimos ya son llanos y ya estamos en la meta. Caras de satisfacción en los participantes. Hemos completado el recorrido y los cinco días de marcha.



Nos duchamos y cambiamos, y comemos de pie en el Polideportivo “Pedro Delgado, en honor del vencedor del Tour de Francia. En el último día, estamos en una capital, tenemos unos vestuarios formidables. Todo el mundo ya tiene ganas de volver a casa, así que pocas formalidades. Los últimos reconocimientos a todos los que nos han ayudado y a las tres de la tarde ya en el coche para atravesar media España e ir a dormir a Mataró. Ahora, con aire acondicionado y con un buen motor no es ningún problema.

En la entrada de San Esteban de Gormaz suena el teléfono, manos libres.

-“Si, ¿diga?”

-“Hola, soy Pepe Blanco…”

¡Coll… qué susto!

-“...era para comunicar que acabamos de acreditarte para el Congreso del PSOE…”

¡Una grabación!

Mañana deberé regresar a Madrid, para la sesión extraordinaria del Congreso en la comparecencia del Presidente del Gobierno sobre la situación económica y el viernes otra vez para el Congreso federal. Ir y venir.

José Félix, el fotógrafo oficial del acontecimiento, nos enviará más adelante un CD con un montón de fotografías que ha ido haciendo estos días. Tendré otro buen recuerdo de las Jornadas ciclistas Parlamentarias de este año y espero que pueda mantener la forma y las ganas, pese a la edad, para poder volver a participar en las del año que viene.



Bienaventurados los que alcanzan la cima

Porque será cuesta abajo el resto del camino.


J.M.Serrat, 1987.



Mataró, 3 de juliol.

08 agosto, 2008

Alcaldes.

En la plaza delante del Ayuntamiento de Torrecaballeros hay un monumento al alcalde Silverio de Lucas que debía ser muy apreciado por sus vecinos. En el pedestal hay grabado, si mal no recuerdo, “a su ausencia” y la escultura es sólo una sencilla silla vacía. Buen recuerdo.


En tierras segovianas hacemos un circuito en torno a este municipio y volvemos a él para el avituallamiento. Pasamos por los pueblos vecinos que tienen muestras de arquitectura románica. En la parada de Sotosalbos me escapo hasta la iglesia de la localidad que sólo tengo tiempo de fotografiar de fuera. Hacemos un buen trecho de la N-110 con una subida “lanzada” que nos deja sin aliento por llegar hasta arriba, pero es un tramo sensacional para pedalear.

En la reanudación, ruta hacia La Granja. Llegamos más temprano del horario previsto puesto que vamos raudos. Nos recibe el Alcalde en el ayuntamiento una vez ya duchados, y nos explica unas cuántas cosas de la localidad. Ciertamente es un municipio especial por su historia. Más del 95% del término es propiedad del Estado fruto de la construcción de los Reales Sitios por parte de los monarcas absolutos del s. XVIII, de los palacios a la fábrica de vidrio que todavía funciona hoy, pasando por los bosques.


El discurso del Alcalde es plenamente municipalista y me lo conozco de sobra. Pienso que tiene madera, convencido y convincente. Nos lleva a almorzar a una granja escuela dónde comemos muy bien: “Judiones de La Granja y cordero asado”. Nos obsequia con una bolsa de un kilo de estas judías gordas que no había probado nunca y que las he encontrado finísimas, supongo que hace falta saber cocinarlas bien. Podríamos haber titulado estas Jornadas de la ruta de las legumbres: garbanzos de Fuentesaúco, judías del Barco de Avila, “judiones” de La Granja.

Al atardecer, después de descansar en el hotel y de ir hasta el centro de la ciudad a dar una vuelta hasta el Acueducto y la Plaza Mayor, nos ofrece una cena “Cerveceros de España” que es uno de los esponsors de las Jornadas. Las pancartas de las salidas y llegadas así nos lo indican, como también el chiringuito móvil que nos acompaña y nos abastece de bebida refrescante en los finales de etapa. Cena tradicional segoviana maridada con cerveza. Con el embutido de entrante, cerveza “lager” que es la tradicional ligera. Con “el cochinillo” que nos sirve el mismo Cándido en persona, supongo que es ya el hijo, servido a la manera histórica con parlamento, música de dulzaina y rotura del plato incluido, cerveza extra, más fuerte. Y para los postres, pastel de chocolate, cerveza negra.

Algunos compañeros proponen salir a tomar una copa y declino la invitación. Ya no tengo la edad del compañero Paco Jiménez Araya, el joven senador de Villafranca de los Barros, que lleva ya unas cuántas noches de marcha durmiendo poco y no obstante aguanta los kilómetros encima de la bicicleta. ¡Quien tuviera veinte años!



("La nuit" de las Jornadas con Merche Coello, Carmen González y Carmen Juanes)



Mataró, 2 de julio.

07 agosto, 2008

Podium.

Me gustan las ciudades en actividad, con gente en las calles y bullicio. Pero también disfruto de ellas cuando están paradas, en reposo. Salir el domingo por la mañana del centro de la Plaza Mayor de Salamanca, seguramente llena de ruido todavía no debe hacer demasiadas horas, es una delicia. Nos despide la concejala de Relaciones Institucionales, no sé por qué razón no puede venir el Alcalde. Él se lo pierde, quizás no podía, quizás nos hizo un feo. Y por las calles todavía tranquilas de la ciudad enfilamos la carretera. (Por cierto, ¿os habéis fijado que en el escudo del Ayuntamiento de Salamanca están las cuatro barras?)

A poco salir nos desviamos por rutas secundarías dónde las vacas y los toros nos miran curiosamente detrás de las vallas cuando pasamos. Paisaje típico salmantino de campos moteados por encinas aquí y allá. Revueltas, subidas y bajadas hacen agradable el camino. El avituallamiento en Monterrubio de la Sierra, uno de los tantos pueblecitos de labradores que hay en la Comunidad de Castilla y León. Debe de haber medio pueblo para recibirnos y acompañarnos mientras reponemos fuerzas. La señora del Alcalde nos trae pasteles de la tierra para endulzarnos el domingo.

A poco de la salida, entrando en Pedrosillo de los Aires, una subida fuerte nos deja sin aliento y los “ángeles empujadores” tienen trabajo a manta. En el último reagrupamiento se decide como se repartirá el podium de la etapa y me adjudican el tercer puesto. La compañera diputada gallega Marta Estrada, que debuta en estas jornadas, es conducida en “volandas” hasta la línea de llegada. El senador José Mª Chiquillo, valenciano, aguanta el fuerte ritmo y será el segundo, y yo sacando el hígado por la boca para no ser atrapado por el pelotón que siento detrás mío a punto de cogerme con el pulsómetro pitando sin cesar por lo revolucionado que había puesto mi corazón.


En la meta de Guijuelo hace mucho calor con un sol que abrasa. No me he puesto crema protectora solar y por la tarde sufriré la “quemada” en rodillas y brazos. Nos duchamos en el polideportivo municipal. Si el primer día, en Fuentesaúco, el agua salía fría, hoy sale hirviendo. Alguien comenta que quizás se piensan que están escaldando cerdos puesto que la población es sede de una potente industria agroalimentaria de productos de ibérico.

Comemos en el mismo polideportivo un arroz preparado con más buena intención que acierto. El autocar nos devuelve a Salamanca y los que hemos venido a las Jornadas con nuestro propio vehículo hacemos el trayecto hasta Segovia. Enfilamos detrás del vehículo de Juan Luis Gordo, que es de estas tierras, y cortamos por carreteras secundarias y aprovechamos al tiempo ver el paisaje atravesando pequeños pueblos campesinos.

Cena en el hotel, como el primer día de las Jornadas en Salamanca, pendientes de la pantalla dónde se disputa la final del campeonato de Europa de fútbol. La mayoría disfrazados con camisetas de la selección siguen enfervorizados el encuentro hasta estallar en la alegría por el triunfo de nuestros. Incluso corre el cava para celebrar también el aniversario de uno de nuestros acompañantes que por lo que después sabré acabó vestido dentro de la piscina del hotel.

El día ha sido cansado: bicicleta, calor, traslado, euforia, y más vale ir a descansar que mañana habrá que volver. En Segovia es Fiesta Mayor, San Pedro, y desde la ventana de la habitación, a media noche, veo los fuegos artificiales.

Segovia, 30 de junio.

06 agosto, 2008

La cima.

Salida de Béjar. Antiguo centro textil en las estribaciones de la sierra de Gredos. Empezamos en cuesta puesto que vamos hacia El Barco de Ávila pasando por el puerto de La Hoya de 1250 m. de altura. Si ayer fuimos hacia el norte acabando en la provincia de Zamora, hoy iremos hacia el este a la de Ávila.

Suerte de los “ángeles empujadores” que ayudan a los que no marchamos hacia arriba. Primero es el simpático andaluz José Alejandro Delgado, desde la furgoneta, y después el ruso “Romel” directamente pedaleando y empujando a mi lado.

En el cruce para ir a la estación de esquí, reagrupamiento. El ex senador Pedro Rodríguez Cantero, mítico participante en las Jornadas por su marcha pese a los años que tiene, y que nos acompaña este fin de semana, ha salido antes para hacer la cumbre de “La Covatilla” que es un relevante punto de llegada en alto de la Vuelta en España, con rampas que sólo de pensar hacerlas encima de una bicicleta produce escalofríos.

La bajada es un placer, con la carretera en muy buen estado, hasta el punto que los más atrevidos sobrepasan el coche del Director de carrera, Paco Giner, que ya en el llano nos agrupa y echa una bronca a los participantes por saltarse las normas. Justo es decir que hace falta ir con un cierto orden, ya que si no los efectivos de la Guardia Civil que velan por el control del tránsito no pueden hacer bien su trabajo y que de hecho, es cierto, no hemos venido a hacer una competición sino a pasarlo bien y a no provocar quebraderos de cabeza a los organizadores.


En El Barco de Avila hacemos el avituallamiento. Este año, sólo hay frutas y bebidas isotónicas para rehacerse. Retomamos la marcha por carreteras locales que nos llevan por un paisaje muy bonito otra vez a esta población famosa por sus judías dónde está la meta final. El Alcalde de la localidad me manifiesta desconocer “l’empedrat”, la ensalada de verano con judías y verduras, supongo que allá le deben dar otro nombre.
Seguramente será la etapa más corta que haremos estas Jornadas, pero la dureza del comienzo en subida compensa la distancia recorrida.

De regreso al hotel de concentración, al atardecer, los compañeros socialistas de Salamanca nos piden que les acompañemos a la manifestación del día del orgullo Gay que se celebra hoy. ¡Hombre!, pensamos algunos, hacer actos de esta clase en ciudades tan cerradas como Salamanca ya tiene mérito y por lo tanto nos añadimos a ella. Claro que me encontré bastante fuera de lugar con los eslóganes que se gritaron durante el recorrido: “¡Soy lesbiana, castellana!”, o “¡Soy maricón, de Castilla y León!”, pero no estaba de más darles una ayuda. La manifestación acabó en la Plaza Mayor que estaba llena de ciudadanos/as que evidentemente en su mayoría debían de considerar el tema bastante extravagante. Conocí y conversé con nuestro cabeza de lista en el Ayuntamiento, Fernando Pablos, y con la Alcaldesa de Villamayor que es un pueblo vecino dónde sale la piedra que hace tan característico el color de los edificios de la ciudad.

Segovia, 29 de junio.

El olvido de cable de conexión de la máquina de fotos con el ordenador no me permite colgar las fotografías que voy haciendo. Lo arreglaré más adelante de regreso a casa.

P. S. El compañero senador
Juan Luis Gordo, también participando a las Jornadas, como lo es por Segovia y ya estamos en su casa, me ha proporcionado el cable de conexión que me dejé. Se da la circunstancia que los dos tendremos que trabajar unidos puesto que es el portavoz por el Grupo Socialista del Senado en la Comisión Mixta para el Tribunal de Cuentas. Gracias, compañero.

05 agosto, 2008

Recorriendo España.

Como hace dos años me apunto a las Jornadas ciclistas parlamentarias. El año pasado por circunstancias familiares, que ahora no viene a cuento explicar, no fui a las que se hicieron en Extremadura, pero este año sí que puedo hacerlas.

Otra vez por tierras de Castilla y León. Empezamos en Salamanca y acabaremos a Segovia. Ya podéis, pues, suponer que llevamos los mismos patrocinadores que hace dos años, aunque con diferentes colores y el mismo acompañamiento de siempre, así como la organización. Los compañeros y compañeras prácticamente los de siempre con algunas lógicas altas y bajas.

Por traerme mi bicicleta hice primero el trayecto hasta Madrid a comienzos de semana en coche y después, acabado el último Pleno del actual periodo de sesiones, ruta hacia Salamanca. Esto me permitirá ir y volver el lunes por la tarde a Madrid ya que tengo trabajo y al acabar marchar directamente a casa. El miércoles por la tarde hay Pleno extraordinario para tratar la situación de la economía, y el viernes volveré para el Congreso del PSOE.

De esquina a esquina de las Españas. Las lluvias de las últimas semanas de la primavera han configurado por todas partes un paisaje bien frondoso. Da gozo de verde y reluciente que está el campo, desde el secano de Les Garrigues hasta estas tierras de cereal de Salamanca.

Hay que encontrar carreteras poco frecuentadas, puesto que somos un estorbo para el tráfico; más bien “llanitas”, ya que no somos deportistas de nivel y algunos ya tenemos una cierta edad; además, en lugares que tengan alguna concentración hotelera por el conjunto de los que somos y que sea acogedor y atractivo. Estas tierras salmantinas reúnen los requisitos.



La primera etapa es desde Peñaranda de Bracamonte hasta Fuentesaúco. A la salida nos despide el alcalde del que me dicen que hace más de 21 años que lo es y que gobierna con mayoría absoluta. Hace fresco y enfilamos las inacabables rectas en medio del amarillo de los campos de trigo, cebada y avena. Los continuados “toboganes” hacen fáciles las bajadas y algo más costosas las subidas. Las habituales paradas para los reagrupamientos, el avituallamiento en un pueblo que no debe tener municipio propio puesto que no nos recibió nadie y la llegada a la meta, ya en tierras de Zamora, dónde ha ganado la compañera Carmen Juanes pese a que ella es diputada salmantina. Pregunto a unas vecinas que nos han venido a ver a la meta si todavía hacen sus famosos garbanzos que cuando se comían más eran conocidos como de los mejores, y me dicen que sí y si quiero me van a buscar. Se lo agradezco pero espero que nos den en el Ayuntamiento.

Nos duchamos en las instalaciones de la piscina que son bastante precarias, de hecho en la comida-recepción de pie que nos hace el consistorio aprovechamos para pedir al Presidente de la Diputación de Zamora, que había sido participante a jornadas anteriores cuando era diputado en Cortes, que les dé una subvención para mejorarlas, hecho que agradece la Alcaldesa accidental.

Descanso por la tarde y al atardecer a disfrutar de la maravillosa Plaza Mayor. De hecho, en poco tiempo, es la tercera vez que vengo a Salamanca. Siempre es un lugar para visitar.

Salamanca, 27 de junio.