05 agosto, 2008

Recorriendo España.

Como hace dos años me apunto a las Jornadas ciclistas parlamentarias. El año pasado por circunstancias familiares, que ahora no viene a cuento explicar, no fui a las que se hicieron en Extremadura, pero este año sí que puedo hacerlas.

Otra vez por tierras de Castilla y León. Empezamos en Salamanca y acabaremos a Segovia. Ya podéis, pues, suponer que llevamos los mismos patrocinadores que hace dos años, aunque con diferentes colores y el mismo acompañamiento de siempre, así como la organización. Los compañeros y compañeras prácticamente los de siempre con algunas lógicas altas y bajas.

Por traerme mi bicicleta hice primero el trayecto hasta Madrid a comienzos de semana en coche y después, acabado el último Pleno del actual periodo de sesiones, ruta hacia Salamanca. Esto me permitirá ir y volver el lunes por la tarde a Madrid ya que tengo trabajo y al acabar marchar directamente a casa. El miércoles por la tarde hay Pleno extraordinario para tratar la situación de la economía, y el viernes volveré para el Congreso del PSOE.

De esquina a esquina de las Españas. Las lluvias de las últimas semanas de la primavera han configurado por todas partes un paisaje bien frondoso. Da gozo de verde y reluciente que está el campo, desde el secano de Les Garrigues hasta estas tierras de cereal de Salamanca.

Hay que encontrar carreteras poco frecuentadas, puesto que somos un estorbo para el tráfico; más bien “llanitas”, ya que no somos deportistas de nivel y algunos ya tenemos una cierta edad; además, en lugares que tengan alguna concentración hotelera por el conjunto de los que somos y que sea acogedor y atractivo. Estas tierras salmantinas reúnen los requisitos.



La primera etapa es desde Peñaranda de Bracamonte hasta Fuentesaúco. A la salida nos despide el alcalde del que me dicen que hace más de 21 años que lo es y que gobierna con mayoría absoluta. Hace fresco y enfilamos las inacabables rectas en medio del amarillo de los campos de trigo, cebada y avena. Los continuados “toboganes” hacen fáciles las bajadas y algo más costosas las subidas. Las habituales paradas para los reagrupamientos, el avituallamiento en un pueblo que no debe tener municipio propio puesto que no nos recibió nadie y la llegada a la meta, ya en tierras de Zamora, dónde ha ganado la compañera Carmen Juanes pese a que ella es diputada salmantina. Pregunto a unas vecinas que nos han venido a ver a la meta si todavía hacen sus famosos garbanzos que cuando se comían más eran conocidos como de los mejores, y me dicen que sí y si quiero me van a buscar. Se lo agradezco pero espero que nos den en el Ayuntamiento.

Nos duchamos en las instalaciones de la piscina que son bastante precarias, de hecho en la comida-recepción de pie que nos hace el consistorio aprovechamos para pedir al Presidente de la Diputación de Zamora, que había sido participante a jornadas anteriores cuando era diputado en Cortes, que les dé una subvención para mejorarlas, hecho que agradece la Alcaldesa accidental.

Descanso por la tarde y al atardecer a disfrutar de la maravillosa Plaza Mayor. De hecho, en poco tiempo, es la tercera vez que vengo a Salamanca. Siempre es un lugar para visitar.

Salamanca, 27 de junio.

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