01 agosto, 2013

Impunidad.


La foto, quién lo acompaña también, es expresiva. “Esto es así, ¿Qué queréis?”
 
(foto El País)

Contra ataca con una formalidad: Hacedme una censura. Obvio, pero inviable, como es bien sabido. Por lo tanto,... impotencia e impunidad.
Su fuerza, o lo que le aguanta, es un formulismo. Si las instituciones democráticas se han de aguantar sólo con formulismos mal vamos, puesto que estos pueden vaciarlas de contenido, la historia nos lo ha enseñado muchas veces.
El otro dice que fue engañado, que se confió en quien no debía. ¡Hombre, después de todo lo que estamos viendo, no joda! Todos sabemos cómo van estas cosas. Le aplauden los suyos hasta con las orejas. Normal, son los que se han beneficiado de todo esto. Si no, ¿de qué estarían ellos y ellas dónde están? Tiene que haber alguien que haciendo el trabajo sucio facilite la marcha de las cosas, y esto tiene sus compensaciones, implícitas o explícitas.
 
 
(el gran Forges en El País)
 
 
También su fuerza viene de otro formulismo. Hace falta estabilidad y la mayoría absoluta que tiene el grupo la da. No se puede hacer nada. Por lo tanto,... impotencia e impunidad.

 
Las instituciones debilitadas, más debilitadas todavía. La credibilidad por los suelos, más abajo todavía. Será duro de soportar todo esto. Cerremos la puerta, hace calor. Vamos a tomar el fresco allá donde sea posible.


1 de agosto.



 

No hay comentarios: