07 octubre, 2014

Saliendo de la niebla.




Poco a poco, paso a paso, vamos saliendo de la niebla. Esto se va clarificando y decantando. De los que aprobaron la Ley de Consultas, que ya no eran todos, enseguida se descolgó uno, el PSC, diciendo que el “proceso” no estaba apoyado por la Ley. Ahora, un miembro de la Comisión de Control –el propuesto por ICV- dice que esto no va, que no hay garantías democráticas en el “proceso” y se retira. ¡Cuánta ingenuidad!

Mientras, los que siguen empecinados van gesticulando siendo muy cuidadosos sin embargo de no dar ningún paso administrativo en falso. Propaganda de cara a la galería. Que si retomamos el anuncio publicitario, recortándolo y en negro. Que si publicamos un acuerdo sin fijar la fecha del comienzo de su vigencia. Que si hacemos reuniones clandestinas no publicadas. Que si ponemos en marcha un registro por si hace falta confeccionar un cuerpo electoral ...

Todo sea para pretender que todo va, para ganar tiempo. Y el tiempo corre, queda poco, algunos días. ¿Y cuándo se acabe el tiempo? Bueno, ya nos inventaremos algo para continuar entreteniendo al personal.

La próxima criba tocará al Gobierno. Los departamentos de Presidencia (que tiene que implementar el “proceso”) y de Gobernación (que tiene los elementos para hacer cumplir el orden: els mossos) están en manos de Unió!

Quizás dentro de poco nos dirán que como que ahora no se puede hacer la consulta ya  se hará más adelante, cuando sea posible... Y el que días pasa, tiempo empuja.

Llegará el día en que se decantarán los partidarios de la revuelta de los que no la quieren. Los caminantes hacia no se sabe dónde se irán reduciendo. Habrá que ver cuántos quedarán, con qué ánimo y con qué determinación. Quedará claro que el viaje a Ítaca todavía no ha llegado a su fin, que quizás todavía estamos en la cueva de Polifemo, que habrá que superar este escollo y volver a embarcarse para hacer una nueva etapa. Si nunca llegamos a la isla seremos muy ricos con lo que nos habrá dado la travesía, ... !y calvos!

En Galicia, la “Santa Compaña” desapareció con la electrificación rural. El tiempo y las circunstancias ayudan a desvanecer la niebla.


7 de octubre.

02 junio, 2014

La hora de los radicales. ¿El fin de la Transición?


Hace veinte años, el continuado goteo de noticias que salpicaban el sistema político era un suplicio. Hay que recordarlo: Desde el jefe de la Guardia Civil al Gobernador del Banco de España salían en los diarios como malhechores, lo eran. La pinza política, el sindicato del crimen periodístico, la crisis económica post- olímpica, el Gobierno del momento desgastado al máximo. Bien, aquello pasó, hubo cambios, la economía se enderezó, nos rehicimos y vivimos una etapa de cierta tranquilidad.
Ahora, parece que volvemos a aquellos tiempos. Volvemos a estar instalados en un Cafarnaúm. Parece. Rápidamente hay gente que sale en tromba a certificar el final de la Transición, a pedir a gritos su superación y la construcción -de verdad, dicen- de una auténtica democracia. Quizás sí que tienen razón, desde sus posiciones, evidente. Pero, ¿sus posiciones son las que quiere la mayoría de la población, y además, son las más convenientes para la mayoría de la población?
La transición fue un pacto entre lo que se moría solo y lo que nacía sin fuerza. La Dictadura se iba por decrepitud pero no por el empuje de la democracia. Había que encontrar una salida para ambas, para los que se iban y para los que venían. Hubo un pacto: la Constitución del 78. ¿Está superado aquel pacto? Para los que no estaban, o no participaron o perdieron, tanto de un lado como del otro, sí. Según ellos, los hechos lo demuestran. ¿Más ahora que hace veinte años? Es lógico que los que no se sienten suyo aquel pacto lo denuncien y exijan una nueva salida. Ahora bien, ¿tienen la fuerza suficiente para imponerse sin levantar reacciones en contra?
Es inaudito que crecidos por los recientes resultados electorales hayan quienes clamen y proclamen la inminencia del cambio. ¿El 8% del 45% del cuerpo electoral, es una gran fuerza? Llamativa quizás sí, por sorpresiva, ¿real? Hombre, desde el punto de vista leninista... Pero las revoluciones como se hacían en el siglo XX no sé si son demasiado factibles en las sociedades opulentas, sí, opulentas a pesar de las evidentes desigualdades, de hoy en día a nuestro entorno. Los Mesías y los profetas siempre tienen parte de razón a pesar de que sus visiones seas apocalípticas. Pueden anunciar cambios, pueden ser seguidos por grupos incluso numerosos, generan muchos fuegos de paja que a veces dejan rescoldos pero a veces sólo son humo. A veces, pero, también levantan incendios pavorosos.

Atención, no nos alarmemos más de la cuenta.


2 de junio. El día de la abdicación del Rey Juan Carlos.

07 enero, 2014

Delirio.


Delirio: “Acción y efecto de delirar. Desorden o perturbación de la razón. Despropósito, disparate.” (del Diccionario Casares)
 
Evidentemente, los nacionalistas están en una situación delirante, que en lugar de aplacarse va en aumento. Se han creído tanto, o se tienen que creer, sus propuestas, la virtualidad de la posibilidad de sus propuestas, que corren desbocados hacia no se sabe dónde, probablemente hacia el batacazo. Después de la pregunta (preguntas) y la fecha, ahora la ofensiva internacional. Un peldaño más hacia el final de camino de despeñarse.

Ya se ha dicho muchas veces, no se trata de discutir los motivos del proceso. Cómo en todo ejercicio democrático hay razones, o se pueden ver razones, aceptables o rechazables. No se trata tampoco de divisar las previsibles consecuencias del proceso. También aquí, los partidarios y adversarios del mismo pueden decir una cosa y la contraria, es a discutir. Se trata del mismo proceso, de cómo se articula, más allá de la voluntad de hacerlo, para que pueda ser realidad. En este punto parece que la realidad se concretará por la sola fuerza de la voluntad, de la voluntad de hacerla. Un poco ilusorio, ¿verdad? Todo proceso revolucionario, y cambiar la pertenencia a una comunidad es un proceso revolucionario, de cambio, comporta algunas maneras de hacerlo. A la Gandhi, con la violencia pasiva, o a la FNL argelino, con la violencia activa. Con todas las gradaciones que se quieran entre una y otra, pero con acciones de violencia para romper lo que por la sola voluntad no se puede romper.
 
Al final de este año 2014, pienso que sólo habrá lugar, si algunos se lo plantean, para los “cuernos de cabra”. No sé si la ciudadanía está preparada para asumirlo, o si ante esta posibilidad la espuma se desvanecerá rápidamente en medio de una gran sensación de frustración y de fracaso. Durante este año se llevará al Congreso de los Diputados, a las Cortes españolas, una demanda de competencias que con toda seguridad será desestimada. No puede ser de otra manera. No hay a la vista ninguna previsión de una inmolación de los representantes de la colectividad española. Claro, los nacionalistas nunca quieren tener presente que frente a sus razones están las de los otros. Oh, ¡pero las nuestras son las verdaderas! En el otro bando dicen lo mismo. El que tiene más poder, gana. Siempre ha sido así.

¿Los nacionalistas de aquí tienen mucho poder? De momento van pagando las nóminas de final de mes con los créditos que les hacen los nacionalistas de allá. ¿No veis que esto es un delirio?
 
7 de enero.