26 octubre, 2018

¿Hablar con el PSC? ¿De qué?


Casualmente llego al conocimiento de un artículo publicado en el diario ARA (20/10/18) por Jordi Muñoz (supongo que lo de politòleg que viene detrás de su nombre con el mismo cuerpo de letra es su profesión, que no sé si su oficio). Ni soy lector del mencionado periódico ni conozco de nada al autor del artículo, pero el título me atrae: Hablar con el PSC. Lo leo intentando comprender qué dice y qué quiere decir.

Evidentemente el autor escribe desde la óptica independentista (perdonen, no he sabido discernir nunca entre nacionalistas, soberanistas, independentistas,…). Dice que el PSC ha hecho una clara involución en sus planteamientos desde el programa electoral del 2012 hacia acá. Cierto, los que mandaban entonces, con el lirio en la mano y con los tejemanejes de algunos miembros de su dirección, apostaron por el “derecho a decidir” que después quedó claro que era el derecho a decidir la independencia (como si no fuera evidente desde el principio). Escaldados, aquellos que consiguieron mantener con vida una organización dinamitada por dentro y bombardeada por fuera –en unos tiempos turbulentos, todo hay que decirlo- se han replegado a posiciones más comprensibles para sus bases orgánicas y electorales.

El autor dice y es cierto, que este repliegue ha alejado al PSC de la centralidad política. Evidente, si la centralidad política se define como el punto central de debate de la sociedad, ésta es aquí el tema de la independencia. Este debate está protagonizado por posiciones heterogéneas, a un lado y a otro, que lo único que tienen en común a discutir es su posicionamiento sobre este punto, a favor o en contra. Pero, ¿tienen alguna cosa más en común? Evidentemente no. Ni el modelo de sociedad, ni su posición en el mundo, ni los instrumentos de acción política: “Cabestros contra borricos”, toda una metáfora.

Los socialistas, dice el autor, siguen teniendo una posición clave. Quizá, ¿pero sobre qué? Y dice que hay que preguntar de entrada al PSC si cree que los referéndums polarizan más o menos que enviar policías antidisturbios. ¡Ah… la clave! El terreno del debate es el suyo, el de los “indepes”. “En esta sociedad el debate sobre la independencia hace años que está asentado y por lo tanto un referéndum es la seguramente forma más civilizada de resolverlo”. Evidentemente después de encender el fuego la forma de apagarlo es el agua.

Pues no. El terreno de debate es el de explicar racionalmente el engaño al que se ha conducido a una importante masa de población que se ha creído las alocadas proclamas de una pandilla de insensatos (perdonen otra vez… a este pobre pecador, pero después de lo que vemos cada día no creo que sea un calificativo insultante). Por cierto, el 1 de octubre del año pasado, mientras que hubo alcaldes o alcaldesas que se pusieron delante de los antidisturbios para que les zurraran y alcanzar el martirio, hubo otros –socialistas- que lograron persuadir a los que mandaban  aquellos antidisturbios que lo que iban a hacer era una locura tan grande como la que pretendían reprimir y de esta forma evitaron acciones torpes.

Por lo tanto, creo, y solo soy un simple militante de base sin ninguna responsabilidad orgánica, que el PSC debe continuar intentando calmar los ánimos, serenar el país y conseguir devolver la centralidad política a la sensatez que se ha perdido en Cataluña. De esto sí que creo que puede hablarse con el PSC y me parece que lo hace patente cada día. Ni avalar la represión ni degradar la convivencia, sino lograr la convivencia para que no haya represión.

26 de octubre.