24 junio, 2007

El circo catalán.*

*(artículo para Capgros.com)

La representación del espacio político en Cataluña es diferente (cómo es muy conocido) del resto de España. Mientras que allá en la mayoría de circunscripciones sólo hay tres fuerzas políticas (en algunos lugares sólo dos) aquí el panorama es diferente.

Las recientes elecciones municipales han deparado, permítanme el símil, el espectáculo de aquellos circos con tres pistas. En la central, las estrellas: los cinco partidos tradicionales bien asentados repartiéndose la mayor parte del pastel. En las dos pistas laterales también hay espectáculo: en una, los pequeños partidos emergentes, y en la otra, un buen grueso de abstención y voto nulos o en blanco.
La atención del respetable hacia las dos pistas laterales surgen como reacción del mal espectáculo que se da en la pista principal. Analicémoslo un poco.

Los cinco partidos establecidos se distribuyen las opciones de la ciudadanía con unos suelos electorales bien asentados y sin que ninguna de ellos obtenga una porción que les permita actuar de una forma dominante como algunos había hecho tiempo atrás: los de CIU en las elecciones autonómicas, y los del PSC en las locales. Ahora para formar gobiernos en las administraciones catalanas sólo se puede hacer a base de alianzas entre varías de ellas. Y aquí viene el problema.

Las cinco formaciones políticas tienen una situación en el espectro político bien divergente. Si nos fijamos incluso centrífuga. Su identificación en los ejes social y nacional las sitúa en posiciones bastantes alejadas. No hay opciones bisagra, y la complementariedad es escasa. A nivel de bases orgánicas (cuadros locales y militantes de base), los recelos, el rechazo y incluso los odios son grandes y están muy tendidos. Cuando uno conoce interioridades de pueblos, villas y ciudades, cuando uno analiza las alianzas que se han dado estos últimos días, esto se hace evidente. Y también hay que añadir que a dentro de cada una de ellas prácticamente hay dos o más posiciones.

No es extraño que los eco-socialistes no puedan ver a los socialistas, que estos hablen mal de los republicanos, y viceversa, que los republicanos huyan de los convergentes y que estos, cual gato escaldado, no quieran saber nada de los populares que están a las antípodas de los primeros...

Pero para asegurar la gobernabilidad de cualquier administración hace falta sumar la mitad más uno de los representantes: para hacer leyes, para aprobar presupuestos, para decidir opciones estratégicas, para afrontar los nuevos retos sociales y económicos ... En el mundo de hoy no está permitido pararse y no tomar decisiones. No gobernar, no afrontar los retos, quiere decir perder oportunidades y retroceder. Y la confrontación tacticista y de vuelo corto que vemos cada día en los medios de comunicación no augura nada bueno cara al futuro.

Habría que superar esta situación. ¿Pero cómo? Antes de nada, asumiendo todos los partidos que no pueden cumplirse los programas que los identifican puesto que nadie tiene el espaldarazo suficiente de la ciudadanía para hacerlo, reconociendo el hecho evidente de la pluralidad de los ciudadanos y ciudadanas de Cataluña. En segundo lugar, habría que explicar esta situación a este cuerpo electoral que los define con su voto, puesto que de no ser así sólo les darán frustraciones pues no entenderán como no se pueden materializar sus deseos. En tercer lugar, intentar que las bases partidistas entiendan lo que quiere decir la pluralidad y como es de posible, o de imposible, el logro de sus desideràtums, y qué representa el caïnita enfrentamiento partidista. En cuarto lugar, transmitir a través de los medios de comunicación como es de complicada la situación para hacerla comprensible, sin magnificar constantemente las diferencias existentes, pero reafirmando la necesidad de encontrar puntos de acuerdo.

No sé si esto es muy difícil, o si sabremos lo suficiente para hacerlo. Lo que si creo es que si no hay voluntad por lograr acuerdos en el sentido que sea para la gobernabilidad el público, la ciudadanía, dejará de prestar atención a la pista principal del circo y pensará que quizás el espectáculo que le ofrecen las pistas laterales es mejor, con lo que iremos a un sistema político diferente, seguramente peor del que necesita nuestra colectividad.

Mataró, 22 de junio.

No hay comentarios: