02 marzo, 2008

El próximo domingo, elecciones generales.*

*(Artículo para Capgros.com) El último de la serie

En los 76 artículos que he hecho en estos últimos cuatro años con una cierta regularidad para Capgros.com he intentado dar mi visión de algunos temas, los más importantes o los que me ha tocado vivir más de cerca, de mi singladura madrileña. Junto con lo que he ido colgando en mi blog desde el verano de 2005, en el que hay otras muchas y variadas cosas al ser una especie de diario personal abierto, uno puede hacerse una panorámica, no sé si demasiado precisa y seguramente desenfocada por subjetiva, de lo que han sido estos tiempos.

Ciertamente, no pensaba que fuera posible llegar a estas elecciones de esta manera, con este ambiente. Cuando
empecé a escribir mis comentarios desde Madrid, apenas acabada de arrancar la legislatura 2004-2008, pensaba que digeridos los resultados por parte de todos se serenarían los ánimos y todo discurriría de otra manera. Me equivoqué. El desarrollo del mandato ha comportado que cada nueva propuesta del Gobierno reafirmara el agrio y desagradable talante del principal grupo de la oposición, y desencadenara una nueva áspera y crispada reacción.

Llegamos a los elecciones con dos disyuntivas bien claras ofrecidas a los electores. Tanto lo que representan las propuestas, como por lo que se está viendo en la propia campaña y en los debates que se han hecho hasta ahora, todo muestra dos alternativas muy diferenciadas: La de los populares y la de los socialistas. Ciertamente que, especialmente en Cataluña, es presenten otras ofertas, pero sin remedio se tienen que referir a los principales. No sólo por ser las dos únicas que tienen posibilidades reales de formar Gobierno en virtud de su previsible representación, sino por los modelos que presenten.

Para los populares parece como si se hubiera detenido el tiempo. Las mismas caras, las mismas propuestas, las mismas actitudes que hace cuatro años. No han querido, o no los han dejado, hacer la reflexión que habría sido natural de repensar qué les llevó a ser echados del Gobierno por la reacción de una gran parte del cuerpo electoral en el año 2004. Al contrario, cada nuevo tema que de acuerdo con el programa del Gobierno se iba planteando motivaba una encendida respuesta. Parece que no sea posible establecer unos mínimos puentes de diálogo y convivencia. Todo comportaba ruptura. La política exterior, el medio ambiente, los nuevos derechos civiles, la ampliación de los derechos sociales, la educación, los recién llegados, la organización territorial, la búsqueda de la paz, incluso, últimamente, la visión de la economía. Ahora, en la campaña electoral, continúan igual. Lo que vemos, lo que oimos, es una oferta a la ciudadanía en todos los temas que acabo de exponer de volver al punto de partida. Y una cosa preocupante, ninguna referencia a que la dinámica acelerada del mundo ya ha cambiado los coordenadas que había entonces.

Los socialistas hemos hecho un trabajo que con la perspectiva que dará el tiempo se podrá valorar convenientemente, de una forma positiva. Lamentablemente la política hoy en día se ve demasiado compelida por la inmediatez y, desgraciadamente, por la fugacidad. Pero el tiempo va sedimentando las cosas. Así algunas ya se ven ahora, como aquella decisión tan lejana de la retirada de las tropas de Irak. Otras, ciertamente solo se han hilvanado. La Ley de la Dependencia dibuja la red que debe suplir la desaparecida que proporcionaba una estructura familiar que ya no existe. Ahora, este dibujo se debe construir, y traerá tiempo, esfuerzos, tropiezos y alguna que otra frustración de aquellos que sufren y querrían que fuera más deprisa. Podríamos decir el mismo del Estatuto del Trabajo Autónomo. Los recursos considerables que se han destinado a cambiar la estructura productiva del país, en forma de I+D+i, tardarán a dar sus frutos puesto que no son inmediatos, pero ya se han llevado a cabo y continuarán. Los nuevos Estatutos, el catalán especialmente porque nos toca de cerca, que comportan una nueva ampliación de nuestro Estado descentralizado, irán haciendo su camino desarrollándose y, como en la primera vez que nadie daba un duro por sus resultados, representarán una mejora de las condiciones de vida de los ciudadanos/as y de la convivencia entre todos los habitantes de España. Y si realmente se acercan tiempos de vacas “flacas” se verá que la prudencia y el rigor presupuestario han servido para algo. Disponemos de un cojín, no sé si suficiente, creo que sí, pero dependerá de la magnitud de la desaceleración, para afrontar unas turbulencias que en muchas cosas poco podemos controlar puesto que están fuera de nuestro alcance.

Creo que no hace falta discutir demasiado si hemos de abandonar el camino emprendido en los últimos cuatro años. La alternativa que dan los populares no es de ir hacia adelante sino de ir hacia atrás. Los socialistas ofrecemos continuar andado con los ciudadanos/as en una sociedad abierta aceptando y asumiendo los cambios que comportará y adaptando las estructuras cívicas, sociales y políticas a los nuevos tiempos.

Ahora cierro esta etapa “Desde Madrid”. Volveré a Madrid en las condiciones que determine el cuerpo electoral el próximo domingo día 9. Estoy convencido de que todo el mundo ve lo que hay en juego y tiene pocas dudas sobre lo que hay que hacer. En todo caso es su decisión. Pero estoy seguro que irá en la línea del progreso que representamos los socialistas. Hasta luego.

Mataró, 28 de febrero.

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