18 marzo, 2008

Relato de campaña. Epílogo.

“Tener un hijo, plantar un árbol, escribir un libro”, como desideratum clásico del paso por la vida. (Mira tú, vaya, qué original. ¡Hay 10.500 entradas en el Google con este título!)

De hijos he tenido dos, chico y chica, ya crecidos y que ya hacen su propio camino. De árboles he plantado muchos. El trabajo de Alcalde se lo traía. Recuerdo especialmente algunos de los que el Ayuntamiento plantó en el Paseo Marítimo, ahora hace 25 años, pinos, umbús, plátanos y cipreses en el espacio ganado en la que fuera la finca de can Biayna, y con especial “cariño” el vástago de olivo traído de Andalucía en la Plaza de La Roda, en La Llàntia.

Me queda el libro. ¡Mira que he llegado a escribir en mi actividad! Sólo haciendo una colección de artículos publicados, presentaciones de otros libros, charlas y conferencias preparadas o transcritas, saldría un volumen grande. Algo empecé a recoger cuando abandoné la Alcaldía ahora hace cuatro años que está amontonado en un rincón de un estante del despacho de mi casa.

La colección de los “Relatos de campaña” que he venido haciendo desde el 13 de enero hasta hace pocos días de esta semana no creo que se pueda considerar un libro. Por mucho que añada una portada (hecha con una diapositiva de Power point), un prólogo (la entrada del cierre de la etapa anterior) y ahora este epílogo, más una contraportada, un álbum de fotografías (que quizás todavía tendrá más incorporaciones), una nota de advertencia y un índice para facilitar la lectura.

Nunca se podría editar, y mucho menos distribuirse comercialmente, no sólo porque no sé quién podría estar interesado a pagar por él, sino por los problemas derivados de la utilización de imágenes y recortes de publicaciones varías que tienen sus legítimos propietarios a los que debería compensar convenientemente o pedir el permiso para usarlas. Y también por la complicación que representaría incorporar los muchos hipervínculos que hay en cada entrada que permiten enlazar, contextualizar y explicar muchos conceptos y exposiciones.

Dejémoslo, pues, como lo qué es: una colección de entradas de un diario personal público convenientemente ordenadas por si alguna vez alguien desea mirarlas y ver, opinar, criticar, estudiar, evaluar, lo que hizo un cargo parlamentario en un periodo electoral concreto, el de las elecciones generales españolas del invierno del 2008. Con el interés añadido, si queréis, de que su autor formaba parte de la candidatura que ganó aquellos comicios.

Las herramientas que proporciona la red permiten hacer este “producto” prácticamente sin coste, excepto el trabajo personal que he invertido en él. Debo decir en mi descargo que he dispuesto del tiempo que me ha permitido el cese de la actividad parlamentaria provocada por la disolución de Las Cortes y el periodo que va desde la convocatoria subsiguiente de las elecciones hasta la realización de las mismas. De hecho hasta la toma de posesión todavía quedan unos cuántos días de poca actividad que permiten trabajos como éste. Después, ahora ya lo sé, será más complicado tanto en tiempo como en inspiración.

Ya dejé constancia de los agradecimientos correspondientes. Haría falta repasar a fondo la ortografía. ¡Debe haber un montón de faltas! Todo mi catalán es autodidacta. Cuestiones de la edad y del correlativo tiempo histórico en que fui a la escuela. Suerte que este formato permite la posterior y constante corrección.



Quiero acabar diciendo que he “xalat”, (disfrutado, me he distraído alegremente) mucho haciéndolo.

Mataró, 13 de marzo.

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