En estos momentos la derecha y los obispos se movilizan en Madrid por la clase de religión.
(Peridís en "El País" de hoy)
Mientras tanto, recupero una carta de un lector leída a "La Vanguardia” de ayer.
Profesor jubilado y feliz.
ELADI SAURA - 11/11/2005 BARCELONA.
"Soy un profesor de instituto que ya no da clase. Me he jubilado y me he convertido en un profesor contento, el verbo latino iubilare significa lanzar gritos de alegría. Tengo muchos motivos para estar contento. La degradación de la enseñanza hace que muchos de nosotros, con la jubilación, nos sintamos liberados. Hartos de desprecios y de maltratos verbales - e incluso físicos-, de hacer el trabajo que algunos padres tendrían que hacer y no hacen, de tener que aguantar que miembros de familias medio analfabetas nos digan cómo tenemos que hacer las clases y que por qué hemos suspendido a la criatura... Tenemos que aguantar en las aulas pequeños que nunca - en bien de todos- las habrían de haber pisado. Es por todo esto que ahora, aligerado y eufórico, puedo decir que, finalmente, soy un profesor jubilado y feliz. Si algún profesor en activo se siento comprendido y moralmente apoyado leyendo esta carta, habrá valido la pena haberla escrito."
Traducida del original en catalán.
Mataró, 13 de noviembre.
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