20 marzo, 2007

Deslocalizaciones. Cierres de empresas.*

*(artículo para Capgros.com)

Vuelve a ser noticia el cierre de empresas del sector de componentes de automóvil. El mayor es el de la bahía de Cádiz, pero hay dos más en Cataluña. Los tres casos no son iguales, y no sé si podemos hablar en todos ellos de deslocalizaciones, o de reestructuración, o de cierre.

Desde el punto de vista de la marcha general de la economía quizás no son más que muestras de como funciona el mundo de la empresa hoy. Desde el punto de vista del personal afectado las decisiones son graves puesto que les dejan sin trabajo y por lo tanto sin ingresos.

Delphi es una empresa multinacional americana que surgió de la General Motors, el gigante del automóvil americano que no pasa por sus momentos más dulces. Toda la industria americana del automóvil está en horas bajas y su industria de componentes le va detrás. Entonces, pese a ser una multinacional extendida por muchos países, como que está en situación de suspensión de pagos adopta un plan de saneamiento que les lleva a reconsiderar su actividad y la viabilidad de algunas de sus piezas. Y cae, o pretenden que caiga, la fábrica de Cádiz. Esto entra en la lógica empresarial. Pero, ¿Qué pasa cuando afecta a la ocupación de una zona castigada por la recesión industrial y además se han recibido ayudas públicas por mantenerla? Desde el punto de vista empresarial puede entenderse la decisión, desde el punto de vista social y laboral es impresentable. ¿Qué hacer ante esta diabólica situación? Los trabajadores no quieren perder sus puestos de trabajo, lógico. Pero quien los ocupa no quiere mantenerlos, dentro también de su discutible lógica. ¿Qué pueden hacer los poderes públicos, más allá de exigir el cumplimiento de las condiciones que pusieron a la empresa para otorgarle subvenciones? ¿Y si no las cumplen, o no las quieren cumplir? De acuerdo, queda el recurso de la justicia. Pero, ¿y el trabajo? Evidentemente hay que buscar alternativas de empleo que seguramente se tendrán que buscar al margen de la empresa que está muy lejana, aunque pueden ser en el marco del sector, pese a que no sé si existen estas alternativas puesto que el sector en España ya está en una situación muy justa.

Es el caso de la empresa de Abrera que pierde el pedido que tenía por fabricar un componente para SEAT y por lo tanto se queda sin cliente que parece que era único. Hay empresas que ante una perspectiva parecida diversificaron los clientes y los productos, o los fueron a producir a otro lugar. Desconozco que pasa en este caso, pero la realidad empresarial es la que es, y ha optado por la vía (¿más fácil?) del cierre

La dinámica empresarial hoy en día se caracteriza por la extrema volatilidad de su futuro. Hay que tener empresas fuertes que conocedoras de lo que pasa actúen en consecuencia y hagan planteamientos de futuro en el contexto en que nos movemos. Sin ir más lejos, mientras se anunciaban estas crisis, otras empresas españolas del sector de componentes del automóvil anunciaban planes de expansión a nuevas zonas productoras del mundo como son Rusia y Sudáfrica. Hay ejemplos potentes, no de deslocalizaciones sino de mundilocalitzaciones exitosas. El mercado del automóvil está saturado en los países occidentales pero tiene un fuerte crecimiento en otras zonas geográficas. Ya en el pasado hemos visto otros sectores industriales que después de años de vacas gordas debido al crecimiento de los mercados propios han entrado en recesión. Pero el volumen del crecimiento económico ha comportado que surgieran nuevas oportunidades de negocio o crecimiento en otros sectores y actividades que han mantenido y elevado el nivel del conjunto de las economías como la nuestra. El crecimiento económico español es superior en los últimos tiempos a la media Con claroscuros, todos los que queráis, pero es así. Algunos sectores económicos han menguado, incluso han desaparecido, pero el volumen del conjunto es más grande que antes.

Cuesta mucho hacer entender, y aceptar, esto a los afectados inmediatos y directos de estas situaciones que son los trabajadores, y más si son de una zona castigada ya por otros procesos parecidos. Sólo el esfuerzo de la colectividad a través de los poderes públicos, les puede ayudar a tener perspectivas de futuro. Y este esfuerzos deben ser a corto plazo para amortiguar el impacto más inmediato, pero sobre todo a medio y largo plazo para establecer las bases adecuadas para hacer frente a la dinámica económica del mundo de hoy: educación, formación continuada, adaptación tecnológica, investigación, diversificación, valor añadido, infraestructuras... Al menos de palabra, y con hechos, todo el mundo está por este trabajo. Hay que mantener y redoblar la tensión en ello.

¡Ah! Y no hay que olvidar en qué condiciones se deben dar las ayudas con recursos públicos a las empresas, y bajo qué contrapartidas, para que no sean sólo tapar agujeros a corto y se vayan por el desagüe del fregadero.

Mataró, 8 de marzo.

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