09 julio, 2008

Gatillazo. ¿Viagra o reposo?.

Los datos negativos sobre la marcha de la economía caen uno detrás de otro. Ayer las matriculaciones de vehículos, hoy el índice adelantado del IPC, mañana será la subida de los tipos de interés.
En la polémica semántica de como calificar el panorama económico adelanté el término “destrempament” del que no conozco, ni he sabido encontrar, la traducción al castellano. Pero a la vista de como se va produciendo de rápido los acontecimientos creo que habremos de hablar de gatillazo, término del que desconozco la traducción al catalán.

¿Que se pare el crecimiento en general y en los países adelantados es tan malo? Para los que sufren directamente la parada: si, evidentemente. Pero para el conjunto tengo dudas. En general, colectivamente, somos ricos desde hace poco. Y así se nota en nuestro comportamiento. Sólo hay que ir a la literatura que habla de cincuenta años atrás para darnos cuenta de ello o, los más mayores, para recordarlo. Incluso los estratos más bajos de la escala social disponen de un nivel de vida que causaría sorpresa a nuestros antepasados y que son la envidia de millones de terrícolas coetáneos. Si, esto de la pobreza es relativo. Relativo respeto al entorno más inmediato, pero también relativo respecto al más lejano. La cuestión está en el reparto de la riqueza y en el nivel de solidaridad en una misma colectividad.

Volvamos al “gatillazo”. ¿Qué hay que hacer? ¿Tomar Viagra para continuar estimulados, o hacer un poco de reposo para rehacernos?

Los que obtienen beneficios más directos, traducidos en ganancias monetarias inmediatas y tangibles, nos querrían atiborrar de pastillas a todos para que ellos continuaran ganando. Ningún análisis con una visión global y menos explicar la verdad de lo que pasa. Hay que continuar proporcionando combustible a la máquina. ¡Tanto da que nos lleve recto a despeñarnos! Algunos ya se saldrán con la suya. La mayoría sufrirá, ¡Como ha sido siempre! Por lo tanto: ¡A edificar más casas! ¿Donde y a qué precio? ¡A comprar más coches! ¿Con el petróleo a 140$? ¡A cambiar de ropa! ¡Pero si ya no hay sitio en los armarios! ¡Ir de vacaciones a la Patagonia! ¿Desconociendo las maravillas de España? La rueda no puede detenerse ¡Qué no decaiga!



Hay otra salida al “gatillazo”. Aceptar que no se está continuadamente a punto y que hace falta pararse para restablecerse. Entender el momento del ciclo. Reponerse un poco de los esfuerzos, tomar conciencia de las limitaciones, reforzar el organismo para poder volver. Esto quiere decir reflexionar sobre los excesos, alimentarse de forma más sana y ordenada, bajar los latidos del corazón y mirar adelante con la vista más clara, o menos alucinada.

Y prestar atención a los miembros más castigados y más débiles. Cuidarlos. Rehacer los elementos que nos deben permitir volver a acometer con nuevas energías lo que se nos ponga por delante. Cuidado con los estímulos artificiales y más atención a las acciones que nos refresquen para afrontar sin agotamiento los retos del futuro.

Madrid, 4 de julio.

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