*(artículo para Capgros.com)
La atolondrada política catalana, sumada a la continuada necesidad del mundo de la comunicación de obtener más contenidos para sus medios, comporta que recién superada una etapa en el proceso de la reforma estatutaria ya se esté hablando, no ya de la siguiente, sino de la siguiente de la siguiente, con los actores todavía resoplando del esfuerzo anterior.
Esto está pasando ahora. No hemos completado la etapa final del referéndum, tenemos alguna incertidumbre sobre como se acabará (o, ¿no?), y ya se está hablando del primer Gobierno que tendrá que aplicarlo.
Era evidente la insostenibilidad del tripartito con posiciones diferentes. Su final comportaba al mismo tiempo la imposibilidad de agotar la legislatura. Pero, plasmado y explicitado esto, ahora lo que hace falta es recorrer el camino que queda por hacer del Estatuto.
A golpe de encuestas y de declaraciones ya se está especulando sobre el futuro: “¿Cuál será el Gobierno post-Estatuto? ¿Seguirá el actual Presidente de cabeza de lista de los suyos?” . Ya hay propuestas de repartirse la piel del oso antes de cazarlo.
Pero, ¿No quedamos que ahora nos debemos manifestar sobre la norma básica de regulación del funcionamiento del autogobierno de nuestra Comunidad? ¡Veremos que dice la ciudadanía, y con qué empuje! “Oh!, pero hay encuestas...” Si, pero las encuestas no sustituyen, faltaría más, digámoslo bien alto, la expresión de la soberanía popular: su voto.
Por lo tanto, vayamos por partes. “Si, pero al día siguiente...” Al día siguiente..., será conveniente no precipitarse. Habrá que leer convenientemente el resultado de la voz de la ciudadanía. A partir de ello posicionarse y hacer propuestas de actuación hacia adelante.
¿Habrá al día siguiente las mismas fuerzas políticas, con el mismo peso, con los mismos posicionamientos, que hasta ahora? A mí me sorprenden algunos análisis que ya lo dan todo por hecho sobre este tema. Pero, ¿No sería más plausible pensar que puede haber movimientos, más o menos fuertes, según cómo acabe todo?, ¿Que haya reflexiones a la luz de los resultados?
Claro que lo que primero que se deberá dilucidar es si entramos, o no, en un periodo de asentamiento y tranquilidad, largo o corto.
Después de esta aclaración saldrán posicionamientos de cara al nuevo, o viejo, camino y, por lo tanto, hablar ahora de reediciones de nuevas, o viejas, alianzas es también prematuro.
Calmémonos todos. Centrémonos en lo que ahora toca. Expliquemos qué es, y qué virtualidades tiene, el nuevo Estatuto y porqué es éste y no otro. Y pidamos a los ciudadanos/nas que se pronuncien sobre ésto, no sobre otra cosa.
Mientras que unas elecciones de representantes pueden ser repetidas en poco tiempo, una manifestación en referéndum de una norma básica como es un Estatuto, tiene voluntad de tener un alcance temporal considerable. ¿De una generación? Probablemente. Sea cual sea el resultado, tras el largo proceso, y el evidente agotamiento de los representantes y los representados, no creo que nadie considere conveniente reabrir inmediatamente este tema.
Los toros, como en las corridas, uno detrás de otro.
Madrid, 22 de mayo.
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