En el tema de la inmigración está asimilado en el análisis que se hace habitualmente (en los medios, entre los políticos, en las ONG’s) de la llegada de personas sin los pertinentes requisitos (papeles) que han sido traídos por “mafias”. Querría poner en cuestión esta consideración y el calificativo.
Ya sé que hace daño a los ojos (o a los oídos), que es políticamente incorrecto, hablar de los trabajadores como fuerza de trabajo y no como personas, pero en el análisis económico tradicional el trabajo es una mercancía más. En esta visión nos encontramos con una oferta de trabajadores (que piden trabajo) que se corresponde a una demanda de trabajadores (a los que se les ofrece trabajo).
Si habláramos de otra mercancía, por ejemplo de un determinado mineral que se da en unas zonas del mundo y se puede transformar en otras que no lo tiene, entonces los que se dedicaran a su comercio serían honrados o escrupulosos ( o no tanto, o no mucho, o más o menos) comerciantes, o mercaderes en el lenguaje antiguo, o “brokers” en el lenguaje moderno. Pero si lo mismo se hace con fuerza de trabajo, entonces son “mafias”. Hay oferta porque hay demanda, sin ésta no existe la primera, y en este caso no es una demanda inducida. Y los gobiernos, y las sociedades bienpensantes y aprovechadas de los países ricos ponen estorbos para llegar a este mercado a los pobres, mientras no cuestionan ni a los ricos, ni a su propia riqueza que genera la demanda
Repasemos a donde van a trabajar los inmigrantes “irregulares”. En una sociedad abierta, dispersa y compleja la economía es muy variada: la economía de subsistencia de las sociedades antiguas ha sido sustituida por la economía “informal”; las empresas integradas del industrialismo por las microempresas fruto de la desagregación productiva; las actividades reguladas por un sinnúmero de actividades marginales; la ejecución directa de la producción por la subcontratación. Y es en esta nueva organización económica de la sociedad que se crea un especial mercado de trabajo al que mayoritariamente van los flujos d’inmigración.
Y esto, ¿Cómo se controla? Probablemente al igual que cuestiono el concepto de “mafia” en el transporte de personas, sería preciso cuestionar en este marco el intento de inmigración controlada. Porque, ¿Cómo controlar si el origen de la demanda ya por sí es irregular?
Madrid, 16 de septiembre.
P.D. Curiosamente (para mí) el editorial de El Pais de ayer va en la misma dirección.
Ya sé que hace daño a los ojos (o a los oídos), que es políticamente incorrecto, hablar de los trabajadores como fuerza de trabajo y no como personas, pero en el análisis económico tradicional el trabajo es una mercancía más. En esta visión nos encontramos con una oferta de trabajadores (que piden trabajo) que se corresponde a una demanda de trabajadores (a los que se les ofrece trabajo).
Si habláramos de otra mercancía, por ejemplo de un determinado mineral que se da en unas zonas del mundo y se puede transformar en otras que no lo tiene, entonces los que se dedicaran a su comercio serían honrados o escrupulosos ( o no tanto, o no mucho, o más o menos) comerciantes, o mercaderes en el lenguaje antiguo, o “brokers” en el lenguaje moderno. Pero si lo mismo se hace con fuerza de trabajo, entonces son “mafias”. Hay oferta porque hay demanda, sin ésta no existe la primera, y en este caso no es una demanda inducida. Y los gobiernos, y las sociedades bienpensantes y aprovechadas de los países ricos ponen estorbos para llegar a este mercado a los pobres, mientras no cuestionan ni a los ricos, ni a su propia riqueza que genera la demanda
Repasemos a donde van a trabajar los inmigrantes “irregulares”. En una sociedad abierta, dispersa y compleja la economía es muy variada: la economía de subsistencia de las sociedades antiguas ha sido sustituida por la economía “informal”; las empresas integradas del industrialismo por las microempresas fruto de la desagregación productiva; las actividades reguladas por un sinnúmero de actividades marginales; la ejecución directa de la producción por la subcontratación. Y es en esta nueva organización económica de la sociedad que se crea un especial mercado de trabajo al que mayoritariamente van los flujos d’inmigración.
Y esto, ¿Cómo se controla? Probablemente al igual que cuestiono el concepto de “mafia” en el transporte de personas, sería preciso cuestionar en este marco el intento de inmigración controlada. Porque, ¿Cómo controlar si el origen de la demanda ya por sí es irregular?
Madrid, 16 de septiembre.
P.D. Curiosamente (para mí) el editorial de El Pais de ayer va en la misma dirección.
1 comentario:
Hola...
Ya he escrito a otros compañeros tuyos, y es que es la única manera que he encontrado hasta ahora para "quejarme" de alguna manera....
Soy votante socialista de siempre, y vamos, creo que seguiré votando.
Trabajo para una empresa subsidiaria de Renfe, y sinceramente los reszponsables de ambos corredores, tanto el del norte como el del sur son "gentuza" a pesar de ser del partido.
La verdad es que me da asco que gente como esa se diga socialista. Mañana día 14 hay un charter de RENFE de Madrid a La Sagra, y nos han pedido 11 tripulantes para dar agua, y que por favor la megafonía la de un español, no un sudaca (palabras textuales), y que además de las chicas que haya el 50% lleve falda y el otro 50% lleve pantalón.
Se puede consentir esto? Es que me da pena, y me da asco que este tipo de gente se diga socialista, porque la verdad, no creo que sea el "talkante" del que tanto se predica.
Muchas gracias, al menos por leerlo
Daniel del Valle
Publicar un comentario