16 abril, 2007

El paso del tiempo.*

*(artículo para Capgros.com)

Terminado el breve periodo de la Semana Santa vuelve la actividad, y la situación política, casi allí dónde la dejamos, y vuelve prácticamente con los mismos temas que parece que no nos podamos quitárnoslos de encima.

En el tablero internacional continúa agravándose la situación en Irak y la escalada del terrorismo fundamentalista islámico muy cerca de nosotros, en Marruecos y en Argelia. En España, el juicio por el atentado del 11-M nos depara nuevos intentos de continuar confundiendo a la población sobre la actitud que tuvo el Gobierno Aznar en aquellos trágicos días. También la presencia, o no, de la izquierda abertzale en las próximas elecciones municipales continúa siendo noticia. Mientras, el culebrón de la famosa OPA sobre Endesa tiene un final imprevisto en la actitud del todavía Presidente de la Comisión Nacional del Mercado de Valores. En Cataluña todavía estamos digiriendo el rebrote soberanista/independentista de la última reunión del Pleno del Parlamento, y como en el resto de España nos encontramos ya inmersos en la carrera electoral de mayo.

Hay momentos en que quisieras que el tiempo anduviera distinto. Algunas veces más despacio, otros más deprisa. Cuando ves algunas cuestiones que se eternizan o no se resuelven, te gustaría que el tiempo corriera de otra manera para ver la salida, buena o mala, y así liberarte de la incertidumbre y de la desazón que ésta te crea. En los temas que más arriba he expuesto que están sobre la mesa hay algunos que sabremos el desenlace pronto, mientras que otros tendremos de esperar más tiempo y quizás algunos quedarán irresueltos.

El más claro es el de las elecciones municipales y regionales próximas. Todo el ruido de la confección de las listas, y de las listas que se presentarán, será sancionado por los ciudadanos en fecha concreta, el 27 de mayo, y entonces se abrirá un nuevo periodo de concreción de los resultados en la composición de las instituciones que también tiene fecha fijada a mitad de junio. Previamente, se habrá dilucidado qué pasa con la presencia de determinadas formaciones en el País Vasco, y qué consecuencias comportará. Serán malas ambas: tanto si están como si no están. Esto comportará más tensión, por uno u otro lado, en el debate político. Parece que la posición del Gobierno es clara, lo que está por ver es hasta qué punto pueden forzarse rendijas que pretendan sortear la situación. Pero, vaya, nada bueno nos espera por este lado.

Del desenlace del tema ENDESA todavía oiremos hablar algún tiempo más. Todo el que consiga estirar la cuerda el inefable Martínez Pujalte en el Congreso. ¡Si ha sacado de jugo de este tema! ¡Pasará a la historia parlamentaria como el diputado de las OPA’s! Pero creo que si no hubiera sido por la controvertida personalidad de Manuel Conthe este tema ya estaría resuelto.

El juicio del 11-M va para más largo. Tal como se van desarrollando las sesiones tiene la pinta de irse clarificando poco a poco, superando escollos y zancadillas. La justicia es lenta, pero inexorable. En cambio el tema de la consideración por parte del Tribunal Constitucional de los recursos planteados contra el Estatuto de Cataluña es más complicado. De una parte por su propio procedimiento, pero más importante que esto es el debate existente sobre que se debe hacer ante una sentencia que todavía debe producirse. Esta maldita tendencia a situarse en un hipotético escenario, que puede ser más o menos verosímil, enturbia el debate sereno y la acción cotidiana del Gobierno. También habrá una fecha, desconocida hoy por hoy pese a los augurios, en que tendremos que enfrentarnos con una nueva realidad del signo que sea, y entonces será el momento de la actuación que corresponda. Creo que la respuesta que está dando a este tema el Presidente Montilla es la más acertada. Las sentencias, en un Estado de Derecho, se acatan siempre. Y luego, si no son de nuestro agrado se buscan las salidas políticas posibles en el marco constitucional establecido, no fuera de él.

El más complicado de todos es el escenario internacional dónde está claro que irresponsablemente no hay nivel, o posibilidad de alcanzarlo, para hacerle frente. Nos esperan tiempos turbulentos y hay que encomendarse a los Dioses para que no empeoren. La fragilidad del mundo de hoy, sólo hay que pensar un poco en la energía, puede llevarnos a colapsos que ahora alegremente queremos ignorar. ¡Ah!, felizmente se habla mucho del cambio climático. A ver si es para extraer de ello decisiones adecuadas.

Mataró, 15 de abril.

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