11 diciembre, 2008

La economía financiera contra la economía real.

Me encontré hace unos días con Xavier S. que por oficio y trabajo conoce directamente la realidad de nuestro tejido económico empresarial.

-“¿Qué? ¿Cómo lo ves”? Pregunté.
-“¡Mal!” Respondió. “Los bancos y las cajas están rebañando la liquidez del sistema, ya que deben hacer frente a los reembolsos que tienen pendientes.” Aproximadamente, ésta fue su explicación. “Con este panorama las empresas no pueden funcionar. Les retiran el circulante.”

Reflexionando sobre la conversación comprendí mejor lo que está pasando

Nuestro sistema financiero es diferente del americano, como explicaba hace unos días el Gobernador del Banco de España, aunque analizado más detenidamente quizá no lo sea tanto. En la perspectiva de unos plazos temporales más largos, a unos meses vista, desemboca en la misma situación que las entidades financieras que han provocado la desquiciada situación internacional por la que atravesamos. ¿La causa? El excesivo apalancamiento.

En nuestro sistema no hay pasivos a corto plazo como en los bancos de inversión americanos, pero sí existe mucho pasivo interbancario a medio plazo, no de los propios clientes, sino prestado por otros bancos que se deberá devolver el año próximo o el siguiente. Y no hay ninguna certeza de su renovación (no sólo por la situación internacional, si no por desconfianza). Entonces habrá que reembolsarlo y disponer de la liquidez necesaria para hacerlo.

Los activos de las entidades financieras de nuestro sistema son mejores: Aquí no hay hipotecas basura (al menos en grandes cantidades, puesto que de “haberlas, hailas”), pero existe algo parecido y de mayor envergadura. No son negros desocupados de Alabama que no pueden pagar sus hipotecas. Aquí hay nuevos ricos que han levantado “negocios” sobre la nada, con un cierto reconocimiento social (“jaleados por la prensa salmón”), que ahora están “pinchando” y que provocan gran desconfianza en los círculos financieros internacionales e impactos negativos en las cuentas de resultados de las entidades españolas y extranjeras afectadas por sus quiebras.

Esta conjunción de pasivos ajenos al giro de sus propios clientes y la existencia de voluminosos activos de dudosa solvencia es la que obliga a las entidades financieras a prepararse para el cacharrazo que les viene. Como disponen de más tiempo que sus colegas internacionales se curan en salud rebañando toda la liquidez que pueden para poder hacer frente a los vencimientos que les vendrán dentro de poco. Los que reciben las consecuencias de esta actitud son las empresas del tejido productivo real que en unos momentos de retracción de la demanda de sus mercados ven, al mismo tiempo, recortadas las disponibilidades financieras que precisamente necesitan.

Es la economía financiera contra la economía real.

Pero, ¿El Gobierno no aprobó medidas por corregir esta situación? Si (los Reales- Decretos 6 y 7/2008), y las ratificamos en el Congreso de los Diputados. Se trataba precisamente que esto no pasara, que se mantuviera el volumen del giro de las entidades financieras para no estrangular, no ya el crecimiento, sino el mantenimiento de los niveles alcanzados de activos empresariales

Los dirigentes financieros de este país tienen una grave responsabilidad social ante la ciudadanía y se les ha de exigir cuentas. Tienen que asumir alguna cuota de resultados negativos en sus cuentas por haber colaborado entusiásticamente hasta hace muy poco tiempo en las irresponsables aventuras de algunos. ¿No están apareciendo las mismas entidades financieras en todos los derrumbes inmobiliarios que estamos viendo estos días? Ya entiendo que es difícil plantear este tema con los bancos, que en definitiva son sociedades anónimas privadas responsables ante sus accionistas, pero la mitad del sistema financiero de este país está en manos de unas entidades financieras peculiares en cuanto a su propiedad que son las cajas de ahorro, y aquí los poderes públicos tienen campo de actuación si se atreven a romper tabúes, resistencias de castas, localismos y ser valientes. La situación y los tiempos son para abandonar prejuicios y tomar decisiones atrevidas. Lo estamos viendo en todas partes. Lo hace todo el mundo, todos los países.

Mataró, 3 de diciembre.

(Traducción de la entrada publicada en www.manelmas.blogspot.com.)

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