26 septiembre, 2011

Ocioso*

*(vid. RAE: Desocupado o exento de hacer cosa que le obligue)

Con la publicación del Real Decreto de disolución de Las Cortes Generales dejo, automáticamente, de ser Diputado, cargo que conseguí en las elecciones generales del 2004 y mantuve en las del 2008 hasta hoy mismo.

Ahora estoy ocioso, aunque espero no convertirme, no ser, un ocioso. (Gracias, Montse Palma, por la apreciación, espero verte en tu Ampurdán). Todavía me esperan unos días de poner orden. De papeles, de documentos, de recuerdos,…

Ya he guardado algunas identificaciones: el carné de Diputado, por ejemplo, y su versión digital que he usado menos todavía. La tarjeta del servicio de taxi de Madrid, y la VISA para comprar billetes de avión y pasar peajes de autopista. La de identificación del vehículo para el aparcamiento del Palacio del Congreso. Supongo que también la tarjeta del aparcamiento del aeropuerto. La de Iberia Plus le queda un viaje, si quiero volar ahora tendré que echar mano de los puntos acumulados.

No tengo ninguna pena por ello, eran para el trabajo que ya no tengo y por lo tanto se amortizan junto a él. Tendré que corregir la firma de respuesta en el ordenador. Sí, la antefirma con el cargo, el nombre y el teléfono de mi asistente y la dirección electrónica del Congreso (seguramente irá detrás, camino del desagüe, la página personal). Vaya, pero, algún trabajillo para los próximos días

Me he apuntado a comprar, por el precio residual, el ordenador portátil. Supongo que algún servicio me podrá dar. Dice que nos dan el teléfono. El terminal, no la línea. Tendré que ir a negociar condiciones para este servicio más la conexión a Internet. Pero bueno, los requerimientos ya serán menores.

Tengo algún trabajo posible entre manos para continuar activo que veremos qué dará de sí, y buscaré algo más. No creo que a mi edad, y condición, encuentre muchas oportunidades profesionales, pero posiblemente alguna en el campo del voluntariado, eso sí, como “bénévolant” que dicen los franceses. Estoy a disposición si hay alguien que cree que le puedo echar una mano.

Pero, ya tengo concertadas, en compañía, salidas muy continuadas de bicicleta y de caminar. Vete por dónde, no será difícil este año hacer más de los 2.000 kilómetros que me propuse hacer en bici. Ejercicio barato y saludable. No terminaré los libros que tengo para leer en casa (y todavía compro otros nuevos) y tengo para digitalizar todos los viejos vinilos y cassettes de música. He cogido gusto en escribir, que no es el mismo que publicar.

El teléfono dejará de sonar, los mails se irán reduciendo, habrá que darse de baja de unas cuántas cosas a las que por militancia, o para ayudar, estaba apuntado (hay que reducir gastos puesto que también se reducirán los ingresos). Habrá que afinar el presupuesto, pero vaya, esto no es muy preocupante. Ya estoy en la edad de vender y no de comprar.

Nada, nueva vida. Y que dure.



Mataró, 26 de septiembre.

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