Estos días los medios se hacen eco de los planes del
Gobierno para desincentivar (sí, sí, desincentivar) la autoproducción de
energía a partir de la que nos proporciona libre, de balde y de una forma natural
el sol. Poco a poco, en todo el mundo (en los lugares donde tienen
muchas horas de insolación) ya hace tiempo se va abriendo camino el
aprovechamiento de esta fuente de energía muy sostenible (hay que descontar la
necesaria para producir las instalaciones captadoras, paneles, ...) Parece que
el coste de fabricación de este últimos elementos está bajando mucho y por lo
tanto cada vez es más accesible la posibilidad de extensión de esta forma de
producción de energía y lo más interesante es que puede dirigirse al autoconsumo,
también de particulares.
Pues bien, según los medios: “El Gobierno se ha propuesto
que el autoconsumo energético se implante poco a poco y sin alterar el sistema
eléctrico español”. Tiene
todo el aspecto, parece claro, que se trata de proteger los intereses de las
compañías del sector eléctrico. Sí, claro, las inversiones efectuadas en la
producción y distribución de electricidad son muy costosas y una entrada de nuevos
y múltiples operadores puede ocasionar graves problemas en las cuentas de estas
empresas: amortización de instalaciones, pagos del endeudamiento adquirido,
obsolescencia imprevista de equipos, resultados, ... y sobre todo, la ruptura del *status quo” que estas empresas ejercen
de forma oligopolística.
Hay que dejar claro un par de
cosas quand même: no se trata de que
ahora de repente se haya empezado a hablar de las fotovoltaicas domésticas.
Hace tiempo que se habla de ello y en muchos países, muy capitalistas por
cierto, están implantadas. Y segundo, no creo que cambiaran en un abrir y
cerrar de ojos los sistemas de producción y distribución establecidos hasta
ahora. Sería un proceso gradual que puede dar tiempo suficiente para su
adaptación.
En el fondo se trata de una lucha
por mantener el control y los beneficios de la situación cuanto tiempo sea
posible. Los capitalistas establecidos no quieren la competencia, quieren el
control de los mercados que dominan. Pero, ¿cómo se hicieron los saltos en el
desarrollo económico sino en base de machacar las viejas estructuras existentes
por los adelantos que se iban implantando? ¿La rueda no sustituyó las espaldas
animales; los motores no sustituyeron la tracción animal; energías no tan
sucias y más eficientes sustituyeron a las más sucias; la electricidad al
vapor; y los bits a todo? Hay que avanzar hacia un mundo más sostenible y hay
que romper y superar las resistencias a estos adelantos.
Pero,...: “¿Quiénes
mandan de verdad en España?”, Carlos
Elordi. Roca ed./ eldiario.es libros. B-2013.
“En la opinión pública no solo se ha
consolidado la sensación de que nada va a ir a mejor, sino también la de que la
cosa se puede poner mucho más fea.”
23
de julio.
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