30 abril, 2006

Clarificación*

*(artículo para Capgros.com)
El día siguiente de la superación de la etapa del Congreso del recorrido para la aprobación del nuevo Estatuto de Cataluña, el periodista, y no obstante amigo, Saúl Gordillo publicó una entrada a su blog (La gent n’está tipa: feu comentaris!) donde después de comentar opiniones que se decían en su entorno personal y hacer un boceto de interpretación, animaba a los lectores a opinar sobre el tema.

No tuve ganas de meterme en el avispero que entonces ya representaban las respuestas que tuvo. La última vez que me metí iban por más de 150. Sinceramente, aquel es para mí territorio apache (recordáis la canción de La Trinca: Hay una tribu de indios en el oeste americano, que se parecen mucho con el pueblo catalán,…)

A pesar de todo, me quedaron ganas de decir la mía. No de lo que puede pasar, que no lo sé. No estoy a la cabeza de los protagonistas actuales (los políticos), ni de los definitivos (los ciudadanos/nas). Nunca he entendido la pregunta: ¿Ganará el Barça este anochecer? ¡Y yo qué sé!. Otra cosa es: ¿Quiere que gane el Barça esta noche? Si, quiero. Como en las bodas. Y, por último, otra es: ¿Cree que puede ganar el Barça esta noche? Creo que sí, pero depende si la pelota entra más veces en la otra portería que en la nuestra. Ya lo veis: esto de las respuestas, depende de las preguntas. (ésto está escrito el miércoles por la tarde)

Por lo tanto, supongo que no tengo que explicar demasiado qué quiero, ya qué es obvio y perfectamente previsible. Pero si, qué puede pasar y especialmente, qué me gustaría que pasara.

Suponiendo que no hayan problemas especiales en los tramos finales del recorrido de la tramitación del proyecto de Nuevo Estatuto hasta la consideración por los ciudadanos/nas en Referéndum me gustaría que las fuerzas políticas, todas, hicieran el esfuerzo de explicar claramente al cuerpo electoral sus opciones. No sólo del Estatuto, aunque es el tema a explicar, sino que más allá de él en qué marco quieren la administración de nuestra convivencia. Y que la respuesta de los ciudadanos/nas fuera también clarificadora de su voluntad. ¿Quiere esto decir qué después de la consulta se descartarían las opciones políticas que no fueran mayoritariamente recogidas? En absoluto. Pero si que contadas una a una las preferencias expresadas por la ciudadanía se determinaría la fotografía de este momento y descansaríamos un poco de continuar el debate existencial que nos ha ocupado, a mi parecer demasiado, en los últimos tiempos.

Parece que las opciones que hay sobre la mesa son claras por hacer este recuento. De un lado hay la aparentemente (¿o no?) centralista, la de la defensa de una España unitaria y centralizada. De otro lado, hay la federal, resignada o convencida (¿o no?), o mejor dicho, provisional o definitiva. Y, por último, está la declaradamente (¿o no?) separatista o independentista. Creo que es perfectamente aceptable el debate claro, limpio y transparente, cómo debe ser en toda sociedad democrática. Lo primero que debe decir todo el mundo es qué pide a los ciudadanos sobre el tema que formalmente se les consulta. ¿Lo quieren, o no lo quieren?. Acepto que mientras que la expresión del si no presenta problemas, la expresión del no puede ser diversa para diferenciar las varías opciones que puede querer decir, esto no creo que deba ser problema por el recuento.

Pero, a continuación, en el mismo espacio del debate, todas las manifestaciones deben decir qué representa su opción, en el marco que nos movemos, de cara al futuro. Es decir, si gana su pretensión como gestionará el resultado la opción ganadora. Este último tema me parece crucial puesto que creo que a la política catalana hay demasiados espejismos y demasiados espejos rotos, y tengo la impresión de que hay imágenes del país que no son demasiado reales. Ahora si que tenemos la oportunidad de contarnos de verdad, de saber, no sólo quien es quien, sino la talla de cada cual.

No creo paso que ningún demócrata pueda oponerse a esta pretensión, puesto que al fin y al cabo lo que tenemos en nuestras manos decidir sólo es el marco administrativo en que nos movemos, que pese a que ya sé que para algunos es lo más importante, yo creo que sólo es el espacio por desarrollar la gestión de la comunidad. A mí, que no soy nacionalista, el espacio de actuación me importa relativamente. Creo que puedo batallar por mis ideas en cualquier de espacio. Si, ya sé, en algún marco seguramente mejor que en otro, pero vaya, no es lo fundamental para mí. Entre otras cosas porque creo firmemente que en el mundo actual los viejos espacios “nacionales” se están borrando rápidamente.

Bien, dejémoslo. ¿Volvemos a habla de la energía?: el precio del petróleo, la crisis de l’Irán. O, ¿de aquello que dijo Sami Nair hace poco en nuestro teatro Monumental de que nos preparáramos (los europeos) para ser el Brasil del siglo XXI?

Madrid, 26 d’abril.

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